11.5.05

Sobre el poder de la carcajada





"El que puede lo más puede menos."
J.S., unas siete veces, el 10 de
mayo de 2005


Entonces, despatarrado a gusto en dos sillas, hace ese ademán enrevesado con el saco gris mientras pronuncia entre dientes la palabra "solapado", y ya no puedo evitarlo. Largo una carcajada que se magnifica en ondas y gradualmente por la habitación. Me digo para mis adentros que tendría que haberlo evitado, a toda costa, pero lo único que se escucha son los ecos sofocados a medias de una risa irrefrenable... Y me río, me río, me río, sigo riéndome, se me caen las lágrimas. (Nadie más se ríe; contrario sensus, me miran por sobre el hombro). Hasta que lo contagio.

Entonces, de sus ojos grises enmarcados en carey, canas y barba de un par de días, asoma, radiante, una sonrisa pícara, cómplice, que me baña de rojo.

–Menos mal que se divierte conmigo. Me reservo el derecho de aburrirla algún día.