5.3.05

Naïveté





"Allí me marché a vivir mi insuficiencia en calma. Luego
pasarían cosas. Pero allí, aquí permanezco todavía."
Marcelo Cohen, "Variedades"


Cuando pasaba, esas raras veces, se decía que no era necesario hacerlo. Pero claro: no es fácil convencerse, exhortarse, obligarse a la compostura de una pseudo-lógica. Mucho menos peinarse con prolijidad. Y como se sabía cobarde, recurría a armadura y escudo. (No es que le sirvieran de mucho, pero siempre convenía estar prevenida, aunque más no fuera para evitar los inevitables reproches).

Así marchaba, de lunes a lunes, envuelta en hojalata. Seguía al pie de la letra la rutina, ponía cara amable, a veces incluso parecía disfrutar. Y las cosas pasaban en un lugar remoto. Es decir, no pasaban.

Hasta que se topó con ella a la vuelta de la esquina. Que no era tal, sino algún interior.

Y la tomó.




(Si cuento hasta diez y no suena el teléfono, es para bien).

Uno… Dos… Tres… Cuatro…