Quelle coïncidence!
"Sí, podría contar mi vida uniendo casualidades".
Ana, en "Los amantes del Círculo
Polar", de Julio Medem (1998)
De todos los edificios de la atiborrada Buenos Aires adonde podía mudarse mi ahora compañero de piso y antes de eso lo que tenía que ser, el elegido (y por otras causas que quiso el azar, además) tenía que ser aquel que vio nacer a mi Albertina de la panzota de una Evita ya poco ágil, allá cuando Alberto (¿por qué se llamará Albertina?) nos deleitaba con su idealismo rojo y las jotas gijonesas*.
Me molan las casualidades. (Y también me conmueven).
*Y, para que no piense que la olvidamos, María nos rompía las bolas con su discursito de "por lo menos los niños de las villas son felices".