Dos mismas letras de un abecedario
"Old man take a look at my life/
Como si nunca hubieran tenido nada en común. Sin embargo, compartieron entrañas de aquella y parte de la vida de ambas: ésa, la entrada en años, y la otra, que ya dejó de ser niña. Hablan de bueyes perdidos, de nietos-sobrinos crecidos, de padres-abuelos patriarcas cenicientos, de la madurez de los hijos-hermanos. Condescienden, rememoran, vuelven una vez y otra a lo de siempre: cavilaciones, preocupaciones, inquietud, concesión. "Y... una se tiene que acostumbrar", "¿Qué dijo de la separación?", "Vos trabajá que no me molesta", "¿Va a volver esta noche?".
Una, semilla; la otra, vástago. No saben bien por qué trascienden. Siguen guardando el silencio en los cajones.